Si bien no es obligatoria la inclusión de la cláusula de confidencialidad en numerosas ocasiones podrás añadirla en las firmas de tus correos electrónicos, sirviendo de información a aquellas personas o empresas que hayan recibido un correo electrónico, sin ser los verdaderos destinatarios finales.
Su finalidad es persuadir o informar de que no se haga un mal uso de la información que haya podido incluirse en ese correo electrónico.
Más importancia tiene la cláusula de privacidad en la firma de los correos electrónicos que podemos usar para informar a los clientes o a las personas que reciban los mismos, de cuál, es nuestra política de protección de datos de la empresa.
De esta manera, además del consentimiento expreso del cliente, podrás utilizar los correos electrónicos para también informarle y tener un elemento más de prueba de la realización de información al cliente de todos los aspectos que exige la Ley de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD).
Podrás utilizar nuestra cláusula informativa y de la solicitud de consentimiento para la recogida y cesión de datos del cliente realizado por profesionales.