Podrás reducirte como mínimo un octavo de tu jornada diaria, y como máximo la mitad. Es decir, si trabajas 8 horas diarias, puedes deducirte desde una hora al día hasta cuatro.
La concreción horaria (elegir el nuevo horario) depende de ti, pero no puedes modificar los límites de tu jornada ordinaria. Esto quiere decir que si trabajas por ejemplo en turnos de tarde, no podrás cambiar a turnos de mañana, salvo acuerdo expreso con tu empresa. Tampoco podrás elegir entrar antes o salir después: debe respetarse la horquilla horaria de tu horario actual.